Los procesos educativos pueden definir el devenir del mundo; me refiero tanto a los procesos educativos formales, es decir, la escuela y a los no formales como son aquellos que se gestan en diferentes áreas, dentro del cual podemos citar el campo clínico, social, organizacional y en general en toda interacción en que medien la enseñanza y el aprendizaje. No obstante cuando se trata de la escuela como un espacio formador, hacedor, lúdico, reflexivo, abierto, democrático, redentor, constructor; o por el contrario en un sistema punitivo, castigador, maltratador, discriminador, castrador; puede la escuela determinar el porvenir del país y del mundo, es por ello que la escuela debe estar basada en ciertos criterios indispensables para el desarrollo y la contribución en la formación de niños sanos.
Al pensar cuando tiempo transcurren en la escuela niños, niñas y adolescentes entendemos porque es tan fundamental el transcurso de la educación y como esta puede ser un obstáculo o un facilitador en la integridad de las y los educandos. Es fundamental invertir en la creación de políticas adecuadas que garanticen un proceso educativo mucho mas sano, que permitan la construcción de país, de mundo basándonos en el respeto mutuo, en el afecto, en el aprendizaje significativo, en el reconocimiento de las diferencias de los otros, en fin que la escuela realmente sean un espacio tanto físico como emocional en el cual los niños y las niñas encuentren esperanza, herramientas de vida, respeto, amor, crecimiento y conocimiento.
Por todo ello es necesario diseñar una propuesta que permita dilucidar como se puede lograr un cambio profundo pero acertado en la estructura educativa, para así avanzar en la formación adecuada de cada uno de los niños y las niñas que asisten insatisfechos a los colegios y que posteriormente recuerdan con dolor o rabia el proceso injusto al que fueron sometidos. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿a costa de que nuestros niños asisten a la escuela? ¿Qué se ve sacrificado en cada uno por aprender ha dividir? ¿Qué cosas son las que realmente nunca se olvidan de todo el contenido académico por el cual trascurrimos? ¿Qué necesitan realmente los niños y las niñas que asistan cada día a los colegios a recibir una lección que la mayoría de las veces se olvida? ¿Cómo integrar de manera adecuada, responsable, y democrática los procesos académicos que permiten obtener el conocimiento necesario para la vida con los procesos normales, necesidades y deseos por los que atraviesa cada educando?
Sin lugar a dudas estas preguntas son complejas y las respuestas están en constante construcción, cada día que pasa, cada nuevo hallazgo de la psicología y otras ramas afines contribuyen a las respuestas, sin embargo en el presente texto intento abarcar gran parte de los interrogantes mas significativos que permitirán estar un paso mas cerca de una escuela humanizante que formara seres humanos mas felices y mas sanos.
Empezare por algo que considero de suma importancia sin el cual no se podrán lograr nunca los objetivos trazados. Vygotsky y el desarrollo proximal distal, respetar su etapa evolutiva según la edad en la que atraviesa el niño o la niña. Esto es fundamental ya que no se puede desconocer la psicología del desarrollo, las características, las necesidades de cada una de las edades del ser humano. Por ello no se puede esperar que un niño de cinco años no hable, no se mueva, no valla al baño, no corra, no grite; en esa edad los y las niñas son activas, inquietas, curiosas. No se puede someter a un niño de esa edad a tales reglas, pues desconocen las características propias de su edad, el niño sometido a ese ambiente puede rechazar el colegio, incluso puede desarrollar una fobia a la misma, diversos problemas académicos o de adaptación. Así mismo sucede con cada una de las etapas de la vida, tampoco es adecuado someter a un adolescente a adoptar una forma de ser, de vestir, de hablar o de actuar que el colegio cree adecuada, cada ser humano vive, piensa y desea de acuerdo a su propio proceso de vida, además durante la adolescencia el individuo esta en una búsqueda constante de su identidad, por ello no se le debe exigir al adolescente un determinado modelo a seguir, es sano que el mismo lo busque y esto lo hace a través de la experiencia.
Algunos autores como James, Thorndike, herbart, entre otros mencionan el concepto de individualidad, dentro del cual se contempla el hecho de que todo sujeto actúa, piensa, y siente con respecto a sus experiencias, a su ambiente, a su pasado, etc. Esto permite ver claramente como la educación debe ser heterogénea y no homogénea; cada niño en particular tiene sus propias necesidades y expectativas, para algunos es más fácil el aprendizaje visual, para otros el auditivo; algunos tienen más capacidad de adaptarse a un medio desconocido, otros tienen más tolerancia a la frustración, algunos tienen más carencias afectivas que otros. Por ello es inadecuado pretender que cada niño en el aula de clases es igual, creer que conocemos de antemano su historia, sus necesidades, creer que el maestro es omnipotente y sabe todo, sabe exactamente que hacer con cada niño pues a trabajado con tantos… Existe la necesidad de cambiar este paradigma, es importante reconocer que cada niño y niña tiene su propio mundo interno, su subjetividad, apreciar las diferencias de cada uno, reconocerlas y fortalecer sus debilidades, cada una, cada particularidad.
El campo educativo debe propender y cultivar el “espíritu” investigativo, el amor al aprendizaje y al conocimiento; en esa medida me parece muy acertado Herbart cuando afirma que “el interés no es un medio del aprendizaje sino el fin”. Este concepto del interés garantiza que el educando continué el proceso de aprendizaje por fuera de las dimensiones físicas del colegio, por fuera y por encima de las notas, de la frase de felicitación de los profesores o el regalo de los padres por haber obtenido buenas notas; de esta forma se gesta un continuo aprendizaje motivado pro el saber mismo. Por ello el espacio de la escuela no debe ser impositivo, autoritario o castigador, porque el niño en ese ambiente lo único que aprende es a rechazar los procesos de enseñanza; por el contrario cuando la escuela se hace democrática, fomentando el conocimiento, fortaleciendo la libertad con responsabilidad, reconociendo que no todos los niños y las niñas quieren o tienen que aprender lo mismo, cada clase es igual, incluso es exacta a la que el mismo profesor recibió hace treinta años sentado rígidamente en un salón similar.
Un aspecto muy importante para cumplir la anterior condición es la utilización de juguetes educativos que plantea Frebeel; de esta forma el niño aprende jugando. Pero ¿Que hay tras ese aprender jugando? ¿Por qué se hace tan importante ese proceso? En primer lugar el juego es fundamental en la niñez, permite la socialización, el desarrollo de la creatividad, de la inteligencia, es catártico, etc., es decir que el niño juegue en la escuela es respetar su desarrollo proximal distal. En segundo lugar ese método alude a uno de los más básico teoremas del aprendizaje, el Condicionamiento Clásico de Pavlov, ya que el niño o niña asocian el juego con el colegio y con los procesos de aprendizaje, cargando de un valor positivo a estos dos últimos; así aprende a amar el estudio, el conocimiento y al mismo tiempo se esta siendo democrático y consecuente con el crecimiento y desarrollo normal del individuo.
Es conveniente, además que los niños y las niñas obtengan en la escuela un espacio democrático con lugar para el dialogo en medio de una educación liberadora, tal y como lo postula Paulo Freire, de esta forma se fomenta en los educandos la autoestima, la participación activa en su proceso de formación, se le da un lugar relevante en el aprendizaje, se le vincula de manera profunda en su formación, se fomenta la creatividad y diversos procesos de pensamiento. Al dar al educando esa posibilidad el educador mismo aprenderá de cada uno de los estudiantes, fomentando así un aprendizaje reciproco y continuo basado en el respeto, la igualad, el dialogo, un modelo democrático que de ningún modo es autoritario, opresivo o lesivo para el niño o la niña en crecimiento y formación.
El ser humano como se ve influenciado por todo su contexto, un proceso educativo favorable no se limita a unas condiciones apropiadas dentro de la planta física de la institución; es por ello que en el hogar del niño o la niña es también una forma de potencializar los efectos positivos o negativos de la escuela, la familia, los amigos de los niños son factores que se deben tener en cuenta para garantizar un aprendizaje eficaz y adecuado. Así lo plantea Decroly al referirse a la importancia que le da al ambiente tanto dentro como fuera de la escuela. Los padres deben referirse al colegio en términos positivos, motivantes, llevarlos al colegio que ellos escojan, implicarlos en la escogencia de la institución, no imponerla caprichosamente.
Si bien los anteriores planteamientos no son los únicos, si ofrecen una alternativa para derrumbar los paradigmas educativos inadecuados en los cuales han estado sumergidos los educandos en el aprendizaje y la enseñanza. Por ejemplo la enseñanza clásica de Herbart, no permite a los niños y niñas investigar, crear, innovar, sino que el educador recita un discurso que a el mismo ya le profesaron, una hora de palabras que generalmente se olvidan y si se recuerdan no se le encuentra un sentido para la vida. Por ello el educador es mas un guía, un orientador en el proceso de aprendizaje y debe promover espacios de lúdica y dinámica que permita que los niños aprendan jugando, haciendo, por medio de la acción.
Tampoco estoy de acuerdo con el determinismo de Preyer, este autor plantea que los niños y niñas nacen con “una pizarra ya escrita” y que la experiencia lo único que hace es animar y completar sus dotaciones hereditarias. En este sentido cada ser humano nace con su porvenir escrito en los genes, los niños con dificultades escolares están manifestando su dotación genética y ante tal determinismo no hay nada por hacer. Este es un panorama desesperanzador donde no hay lugar para el cambio. No se puede creer que las condiciones de vida de cada ser humano ejerzan importantes fuerzas en la construcción del psiquismo de cada uno y sin negar la existencia de alteraciones congénitas o hereditarias y la información genética heredada, debemos recordar que somos seres holisticos, que merecemos una mirada integral y que siempre abra espacio para mejorar.
Finalmente debemos reconocer que el camino para una educación humanizante esta en construcción y que para ello cada aporte por mínimo es trascendental en la formación de tal necesidad. Queda abierta la puerta para seguir soñando, seguir creyendo y seguir creando un mejor mundo en donde los niños y niñas tienen un lugar significativo y una participación activa no solo en la escuela sino en la familia y en la sociedad, pues todo proceso humano implica de por si aprendizaje y enseñanza.
Al pensar cuando tiempo transcurren en la escuela niños, niñas y adolescentes entendemos porque es tan fundamental el transcurso de la educación y como esta puede ser un obstáculo o un facilitador en la integridad de las y los educandos. Es fundamental invertir en la creación de políticas adecuadas que garanticen un proceso educativo mucho mas sano, que permitan la construcción de país, de mundo basándonos en el respeto mutuo, en el afecto, en el aprendizaje significativo, en el reconocimiento de las diferencias de los otros, en fin que la escuela realmente sean un espacio tanto físico como emocional en el cual los niños y las niñas encuentren esperanza, herramientas de vida, respeto, amor, crecimiento y conocimiento.
Por todo ello es necesario diseñar una propuesta que permita dilucidar como se puede lograr un cambio profundo pero acertado en la estructura educativa, para así avanzar en la formación adecuada de cada uno de los niños y las niñas que asisten insatisfechos a los colegios y que posteriormente recuerdan con dolor o rabia el proceso injusto al que fueron sometidos. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿a costa de que nuestros niños asisten a la escuela? ¿Qué se ve sacrificado en cada uno por aprender ha dividir? ¿Qué cosas son las que realmente nunca se olvidan de todo el contenido académico por el cual trascurrimos? ¿Qué necesitan realmente los niños y las niñas que asistan cada día a los colegios a recibir una lección que la mayoría de las veces se olvida? ¿Cómo integrar de manera adecuada, responsable, y democrática los procesos académicos que permiten obtener el conocimiento necesario para la vida con los procesos normales, necesidades y deseos por los que atraviesa cada educando?
Sin lugar a dudas estas preguntas son complejas y las respuestas están en constante construcción, cada día que pasa, cada nuevo hallazgo de la psicología y otras ramas afines contribuyen a las respuestas, sin embargo en el presente texto intento abarcar gran parte de los interrogantes mas significativos que permitirán estar un paso mas cerca de una escuela humanizante que formara seres humanos mas felices y mas sanos.
Empezare por algo que considero de suma importancia sin el cual no se podrán lograr nunca los objetivos trazados. Vygotsky y el desarrollo proximal distal, respetar su etapa evolutiva según la edad en la que atraviesa el niño o la niña. Esto es fundamental ya que no se puede desconocer la psicología del desarrollo, las características, las necesidades de cada una de las edades del ser humano. Por ello no se puede esperar que un niño de cinco años no hable, no se mueva, no valla al baño, no corra, no grite; en esa edad los y las niñas son activas, inquietas, curiosas. No se puede someter a un niño de esa edad a tales reglas, pues desconocen las características propias de su edad, el niño sometido a ese ambiente puede rechazar el colegio, incluso puede desarrollar una fobia a la misma, diversos problemas académicos o de adaptación. Así mismo sucede con cada una de las etapas de la vida, tampoco es adecuado someter a un adolescente a adoptar una forma de ser, de vestir, de hablar o de actuar que el colegio cree adecuada, cada ser humano vive, piensa y desea de acuerdo a su propio proceso de vida, además durante la adolescencia el individuo esta en una búsqueda constante de su identidad, por ello no se le debe exigir al adolescente un determinado modelo a seguir, es sano que el mismo lo busque y esto lo hace a través de la experiencia.
Algunos autores como James, Thorndike, herbart, entre otros mencionan el concepto de individualidad, dentro del cual se contempla el hecho de que todo sujeto actúa, piensa, y siente con respecto a sus experiencias, a su ambiente, a su pasado, etc. Esto permite ver claramente como la educación debe ser heterogénea y no homogénea; cada niño en particular tiene sus propias necesidades y expectativas, para algunos es más fácil el aprendizaje visual, para otros el auditivo; algunos tienen más capacidad de adaptarse a un medio desconocido, otros tienen más tolerancia a la frustración, algunos tienen más carencias afectivas que otros. Por ello es inadecuado pretender que cada niño en el aula de clases es igual, creer que conocemos de antemano su historia, sus necesidades, creer que el maestro es omnipotente y sabe todo, sabe exactamente que hacer con cada niño pues a trabajado con tantos… Existe la necesidad de cambiar este paradigma, es importante reconocer que cada niño y niña tiene su propio mundo interno, su subjetividad, apreciar las diferencias de cada uno, reconocerlas y fortalecer sus debilidades, cada una, cada particularidad.
El campo educativo debe propender y cultivar el “espíritu” investigativo, el amor al aprendizaje y al conocimiento; en esa medida me parece muy acertado Herbart cuando afirma que “el interés no es un medio del aprendizaje sino el fin”. Este concepto del interés garantiza que el educando continué el proceso de aprendizaje por fuera de las dimensiones físicas del colegio, por fuera y por encima de las notas, de la frase de felicitación de los profesores o el regalo de los padres por haber obtenido buenas notas; de esta forma se gesta un continuo aprendizaje motivado pro el saber mismo. Por ello el espacio de la escuela no debe ser impositivo, autoritario o castigador, porque el niño en ese ambiente lo único que aprende es a rechazar los procesos de enseñanza; por el contrario cuando la escuela se hace democrática, fomentando el conocimiento, fortaleciendo la libertad con responsabilidad, reconociendo que no todos los niños y las niñas quieren o tienen que aprender lo mismo, cada clase es igual, incluso es exacta a la que el mismo profesor recibió hace treinta años sentado rígidamente en un salón similar.
Un aspecto muy importante para cumplir la anterior condición es la utilización de juguetes educativos que plantea Frebeel; de esta forma el niño aprende jugando. Pero ¿Que hay tras ese aprender jugando? ¿Por qué se hace tan importante ese proceso? En primer lugar el juego es fundamental en la niñez, permite la socialización, el desarrollo de la creatividad, de la inteligencia, es catártico, etc., es decir que el niño juegue en la escuela es respetar su desarrollo proximal distal. En segundo lugar ese método alude a uno de los más básico teoremas del aprendizaje, el Condicionamiento Clásico de Pavlov, ya que el niño o niña asocian el juego con el colegio y con los procesos de aprendizaje, cargando de un valor positivo a estos dos últimos; así aprende a amar el estudio, el conocimiento y al mismo tiempo se esta siendo democrático y consecuente con el crecimiento y desarrollo normal del individuo.
Es conveniente, además que los niños y las niñas obtengan en la escuela un espacio democrático con lugar para el dialogo en medio de una educación liberadora, tal y como lo postula Paulo Freire, de esta forma se fomenta en los educandos la autoestima, la participación activa en su proceso de formación, se le da un lugar relevante en el aprendizaje, se le vincula de manera profunda en su formación, se fomenta la creatividad y diversos procesos de pensamiento. Al dar al educando esa posibilidad el educador mismo aprenderá de cada uno de los estudiantes, fomentando así un aprendizaje reciproco y continuo basado en el respeto, la igualad, el dialogo, un modelo democrático que de ningún modo es autoritario, opresivo o lesivo para el niño o la niña en crecimiento y formación.
El ser humano como se ve influenciado por todo su contexto, un proceso educativo favorable no se limita a unas condiciones apropiadas dentro de la planta física de la institución; es por ello que en el hogar del niño o la niña es también una forma de potencializar los efectos positivos o negativos de la escuela, la familia, los amigos de los niños son factores que se deben tener en cuenta para garantizar un aprendizaje eficaz y adecuado. Así lo plantea Decroly al referirse a la importancia que le da al ambiente tanto dentro como fuera de la escuela. Los padres deben referirse al colegio en términos positivos, motivantes, llevarlos al colegio que ellos escojan, implicarlos en la escogencia de la institución, no imponerla caprichosamente.
Si bien los anteriores planteamientos no son los únicos, si ofrecen una alternativa para derrumbar los paradigmas educativos inadecuados en los cuales han estado sumergidos los educandos en el aprendizaje y la enseñanza. Por ejemplo la enseñanza clásica de Herbart, no permite a los niños y niñas investigar, crear, innovar, sino que el educador recita un discurso que a el mismo ya le profesaron, una hora de palabras que generalmente se olvidan y si se recuerdan no se le encuentra un sentido para la vida. Por ello el educador es mas un guía, un orientador en el proceso de aprendizaje y debe promover espacios de lúdica y dinámica que permita que los niños aprendan jugando, haciendo, por medio de la acción.
Tampoco estoy de acuerdo con el determinismo de Preyer, este autor plantea que los niños y niñas nacen con “una pizarra ya escrita” y que la experiencia lo único que hace es animar y completar sus dotaciones hereditarias. En este sentido cada ser humano nace con su porvenir escrito en los genes, los niños con dificultades escolares están manifestando su dotación genética y ante tal determinismo no hay nada por hacer. Este es un panorama desesperanzador donde no hay lugar para el cambio. No se puede creer que las condiciones de vida de cada ser humano ejerzan importantes fuerzas en la construcción del psiquismo de cada uno y sin negar la existencia de alteraciones congénitas o hereditarias y la información genética heredada, debemos recordar que somos seres holisticos, que merecemos una mirada integral y que siempre abra espacio para mejorar.
Finalmente debemos reconocer que el camino para una educación humanizante esta en construcción y que para ello cada aporte por mínimo es trascendental en la formación de tal necesidad. Queda abierta la puerta para seguir soñando, seguir creyendo y seguir creando un mejor mundo en donde los niños y niñas tienen un lugar significativo y una participación activa no solo en la escuela sino en la familia y en la sociedad, pues todo proceso humano implica de por si aprendizaje y enseñanza.
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